Santo Domingo, 14 oct (PL) La Catedral Metropolitana Santa María de la Encarnación, más conocida como la Primada de América y declarada Patrimonio Cultural Mundial por la Unesco en 1990, representa el monumento colonial más importante de esta ciudad.
Situada en la calle Arzobispo Merino, esquina Arzobispo Nouel, justo al lado del Parque Colón, de la capital dominicana, comenzó su construcción bajo la supervisión del Arzobispo Alejandro Geraldini en 1521 y finalizó 14 años después, inspirada en La Catedral de Sevilla.
En febrero de 1546, a petición de Carlos V, el Papa Pablo III le concedió el estatus de Catedral Metropolitana y Primada de las Indias y en 1920 recibió de Benedicto XV el título de Basílica Menor de la Virgen de la Anunciación.
Cuando el pirata Francis Drake tomó la ciudad de Santo Domingo en 1586, la majestuosa obra sufrió severos daños y pérdidas invaluables, además de ser convertida en su cuartel general. Los detalles que conforman su edificación mezclan el estilo gótico con influencias renacentistas, lo que permite a esta ermita -a pesar de sus 500 años de existencia-, mantener su esencia original casi intacta.
En su interior pueden admirarse 14 capillas que albergan verdaderas joyas artísticas, como pinturas, mobiliarios y esculturas construidas a lo largo de los años y lápidas con restos de arzobispos y personalidades de la época.
Desde su entrada principal existen columnas centrales las cuales abren hacia el techo cual si fuesen palmeras y dentro de sus instalaciones se distingue una división en un ala central y dos laterales, donde se encuentran las capillas.
La piedra calcárea es el material más destacado en la edificación de la Catedral, aunque también fueron empleados ladrillos y mampostería en sus muros. La cubierta central está construida a dos aguas, mientras las laterales son bóvedas de crucería con dirección al exterior -característico de la arquitectura gótica-, como una especie de cúpulas semiesféricas.
La longitud mayor de la basílica es de 54 metros en la nave central hasta el fondo del presbiterio, el ancho de las tres naves es de 23, la altura mayor de piso a bóveda alcanza los 16 y el área construida sobrepasa los 3 000 metros cuadrados.
Su entorno está formulado en tres espacios independientes: al norte la Plaza de Armas o Plaza Colón, al sur la llamada Plazoleta de los Curas o Plaza del Perdón y al oeste está ubicada la Plaza Mayor.
Durante muchos años albergó los restos del Almirante Cristóbal Colón. La Catedral Metropolitana Santa María de la Encarnación es hoy sitio obligado de visitantes y turistas quienes no pueden dejar de observar y fotografiar la relevante obra que, a pesar del paso de los años, mantiene su esplendor.
La Catedral de Santo Domingo: un tesoro colonial
Por Edilberto F. Méndez